Una reflexión sobre el amor.


Me despierto soñando con un nuevo día. Al girarme me encuentro con tu cara, mansa. Tú también abres los ojos y me besas, un beso tierno y cálido. Mientras preparo el desayuno me doy cuenta de que he vuelto a caer en las garras de ese viejo desdentado, cruel y vengativo que se hace llamar amor.

Mientras vemos la tele pienso en el. Y no, no creo que exista. Llamamos amor a poseer al otro, como si fuera nuestro y de nadie más. Solo es una mezcla de atracción, miedo a la soledad y estar agosto con el otro.


Te marchas y se acaba, vuelvo a estar solo. Instantáneamente mi cuerpo tiene ganas de ti, echo de menos tus caricias, tus besos, tus ojos... Me hablas y siento miedo, miedo de él y sus trucos. Miedo a que sea capaz de matarme de nuevo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Otoño

Mi Rose macarra.