Vamos a vivir en vez de soñar.


Dejó que el azar guiara sus pasos y cuando levantó su mirada se encontró frente al mar. Era una templada noche de principios de otoño, se sentó a la orilla y el vaivén de las olas le invitó a soñar.

Se dejó llevar como el humo de su cigarro. Y mientras el mar le susurraba al oído él se vio firmando ejemplares de su primer libro, visitó Londres, Roma, La Habana, y al final, Madrid.

"Déjame enseñarte algo más" le dijo. Vio a su familia celebrando un cumpleaños, a sus amigos después de un tiempo sin pasar por el pueblo, las tardes de cervezas hasta arriba de alegrías, Trucios, Bilbao... A Jack se le escapó una sonrisa.

"¿No te parece perfecto tal y como es?"

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una reflexión sobre el amor.

Otoño

Mi Rose macarra.